Angustiosos gritos acallan lo que queda de ti. ¿Qué hacer?,
¿Qué decir? Preguntas irresolubles abordan tu fustigada mente.
La almohada no responde a tus plegarias, pues los brazos de
Morfeo solo abrazan a los sosegados. Llanto. Dolor. Sabes que no existe
solución, y la espiral de oscuros sentimientos se apodera de ti. Impotencia.
Y sin embargo, la salvación llega. Finalmente, algo reclama
tu ser y tus cansados ojos consiguen cerrarse. Tranquilidad. Olvido. Y todo lo
que queda es el recuerdo. Recuerdo de una vida con sonido.
Joel
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